La mayoría de las veces pensamos que correr se nos puede dar súper fácil aún si somos principiantes: te pones unos zapatos de hacer ejercicio, te vas a un gimnasio o a un lugar abierto y te lanzas a correr sin tiempo y sin un objetivo. Pero ¿te ha pasado que después de algunos minutos de haber comenzado el recorrido, sientes que te estas sofocando, que se te va el aliento y no sabes ni como seguir respirando?
Ahí es cuando muchas de nosotras empezamos a toser o nos da el famoso “dolor de caballo” y nos vemos obligadas a parar para poder recuperarnos y ni siquiera llevábamos 5 minutos de ejercicio. Esto no te puede desanimar ya que es completamente normal y con el paso del tiempo vamos adecuando nuestra manera de respirar correctamente.
Aunque muchos doctores no estén de acuerdo, lo ideal es respirar por la boca, ya que cuando corremos nuestros músculos requieren de mayor oxigenación y cuando respiramos por la boca nuestro flujo de oxígeno se vuelve mayor. Pero si sientes que necesitas más oxígeno debes de respirar por la nariz y exhalar lentamente. Así llenarás tus pulmones de oxígeno.
Ritmos y frecuencias
Cuando hablamos de ritmos nos referimos al número de inhalaciones y exhalaciones versus el número de pasos dados. Cuando hacemos un calentamiento o trotamos lo recomendable es correr a un ritmo/frecuencia de 3:3 es decir que daremos tres pasos al mismo tiempo que inhalas tres veces y otros tres pasos para exhalar tres veces más.
Con esto iremos introduciendo y procesando la cantidad de oxígeno que entra a nuestro cuerpo de manera eficaz y así nos vamos a ir sincronizando. Este es el ritmo promedio de cualquier corredor “principiante”.
Respiración diafragmática
Este tipo de respiración es mucho más profunda ya que la inhalación se extiende hasta el diafragma y el estomago. Cuando inhalamos el estómago se expande y cuando exhalamos se debe de contraer. De esta manera logramos llevar más oxígeno a los pulmones evitando el dolor de caballo.
Recuerda que respirar es mucho más que tomar aire ya que el oxígeno que tomamos no sólo va a nuestros pulmones, sino también a nuestros músculos y esto ayuda a que tengamos un mejor rendimiento y rápida recuperación.
Por: Rossy Tawil