Las y los chicos que crecen en hogares donde se respira constantemente violencia entre los padres pueden desarrollar traumas emocionales y físicos con consecuencias para toda la vida. El constante miedo que se desarrolla al ver a uno o los dos padres maltratados (verbal, física, emocionalmente) desemboca en desórdenes de estrés postraumático.
Este tipo de ambiente en el crecimiento de las y los chicos puede hacerles creer que el uso de la violencia es apropiada para resolver los problemas. Y lo peor, más adelante es que ellos mismos tienen una probabilidad alta de vivir situaciones de abuso, ser abusados o convertirse en abusadores. La gran mayoría de los agresores, fueron agredidos en algún punto de su infancia o adolescencia, o crecieron en hogares donde algún familiar fue agredido.
No confundamos el abuso del poder, con el amor
Lamentablemente, hemos sido educados en una cultura donde el machismo, dominación masculina, control del poder y toma de decisiones exclusivamente por parte de los hombres llevan a pensar que el uso y el abuso de la fuerza no se puede cuestionar y mucho menos rechazar. Tristemente, los actos de violencia se aceptan “en nombre del amor y la paz en el hogar” o “todo para que su papá no se ponga bravo”.
Si las y los chicos crecen en un ambiente donde se les enseña a aceptar el machismo, la violencia y la dominación hacia otros, este tipo de (mala) “educación” les hará difícil cuestionar la violencia física, sexual y emocional hacia sí mismos, pero también hacia otras mujeres y hombres.
Piense cuánta violencia hay en un país como Colombia: homicidios, secuestro, terrorismo, violación, vandalismo, inseguridad, etc. Trate de imaginar si hay conexión entre estos actos cometidos por adultos, y el hecho de que los delincuentes hayan crecido en un ambiente de violencia intrafamiliar.
Así entonces, nuestro compromiso debe ser el de EDUCAR a niñas, niños, mujeres y hombres jóvenes, y adultos de todas las edades para que entiendan que tienen el derecho a vivir libres de la violencia y el terror.
Todos los seres humanos nacemos libres y con derechos, pero es un mundo donde la violencia contra las mujeres y los niños es tan extensa y grave, que es necesario, precisamente, que niñas, niños y mujeres entiendan sus derechos sexuales y reproductivos.
Fuente: Mujeres con Derechos