Hoy en día nuestra felicidad está condicionada a los likes que tenemos en redes sociales, la cantidad de ropa que compramos o los viajes que hacemos. Esto ocasiona que seamos felices solo por momentos fugaces en los que conseguimos cosas.
La verdadera felicidad está en nosotras mismas. Es un estado permanente en el que nos sentimos en paz y armonía con nosotras y el mundo, y para alcanzarlo depende de varios factores espirituales y emocionales. Aquí te compartimos nuestros 10 mandamientos para ser verdaderamente feliz.
1. Te amarás a ti sobre todas las cosas
El primer paso para la felicidad absoluta es amarte a ti misma. Sí, amarte con tu cara de recién despertada, tus rollitos de más y tus días de crisis existencial.
2. No tomarás la vida en vano
Vivirás cada día como si fuera el último y disfrutarás cada momento; haciendo de un día normal, un día especial.
3. No te santificarás
Acepta y aprende de tus errores, y lo más importante, perdónate. Las personas más felices son las que aceptan sus errores, aprenden de ellos y siguen adelante.
4. Te honrarás
Cuidarás de tu cuerpo, y sobretodo, cuidarás de tu mente y alma, elimina las personas y cosas negativas de tu vida. Descubre y haz las cosas que te gustan y que te hacen feliz.
5. Matarás tu miedo, ansiedad y pensamientos negativos
Deja de vivir atrapada en cosas del pasado o del futuro. No tomes la vida tan en serio, las tormentas pasan y el sol siempre sale al final.
6. Cometerás actos de amor
El amor es el motor que mueve al mundo, y lo mejor es que es contagioso y nos devuelve mucho más de lo que le ofrecemos.
7. Robarás sonrisas y risas
La felicidad también es compartida, disfruta los momentos con tus conocidos y seres queridos.
8. No hablarás mal de las personas
Aprende a aceptar a las personas como son, perdona rápido y mira lo bueno de cada uno.
9. No desearás que tu vida sea diferente
Todas las cosas que nos suceden, buenas o malas, nos hacen ser quienes somos. Nunca es un error, siempre una lección.
10. No envidiarás
No te estreses si tu amiga tiene novio y tú no o porque tu compañero de trabajo tiene un mejor sueldo. Cada uno tiene una historia y tiempo diferente. Aprendamos a ser felices con la felicidad de los demás.
Por Marinés Adrianzen
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