Si la perspectiva de “la hora loca o caótica” (el momento del día que abarca desde las 6 de la tarde a las 8 de la noche) te da ganas de quedarte un rato más en la oficina o de irte a tomar algo con tus amigas, ¡no estás sola!

Es que en esas horas se concentran factores intensos: todos están cansados después de un día largo; a los niños les cuesta todo o empiezan a pelear entre ellos; tú no tienes toda la paciencia ni energía que necesitas, y todavía debes lidiar con temas laborales, preparar la cena, dar baños, supervisar tareas escolares y demás detalles impostergables.

¿Cómo hacemos para pasar este rato y además disfrutarlo? Compartimos contigo algunos consejos para darte un segundo aire y poder terminar el día con armonía.

-Rutina, rutina, rutina. Nada como tener una buena rutina para organizar las últimas horas del día. Hay muchas cosas para hacer en poco tiempo, y si todos saben qué esperar o qué deben hacer, las actividades se sucederán sin sobresaltos.

Por ejemplo, revisa primero las tareas escolares de tus hijos, mira qué papeles han traído y qué debes firmar o preparar para el día siguiente. Después de eso, ellos pueden preparar sus mochilas para el otro día y dar por terminado todo lo relacionado con la escuela para poder jugar, mirar una película o hacer alguna manualidad.

Otro ejemplo es acordar un horario para los baños. Si a todos les queda cómodo, no habrá lugar para protestas o retrasos. Después de bañarse (si tienen edad suficiente para hacerlo), los niños pueden preparar su ropa para el otro día y dejar sus zapatos en un lugar preestablecido para evitar corridas matinales.

Que la hora de la cena sea siempre la misma. De esa manera, todos podrán organizarse para estar listos para ese momento: desde tú con la preparación hasta los niños con el horario en el que terminan de hacer otras cosas.

-Ponte cómoda. Antes de empezar, relájate unos minutos y ponte ropa cómoda. Si te ayuda a sentirte más distendida, quítate el maquillaje, lee una revista o prepara tu ropa para el otro día. Cualquier cosa que te dé un rato para desconectarte del día y estar de buen humor con tu familia.

-La merienda. Siéntate con tus hijos a comer algo liviano y pídeles que te cuenten cómo fue su día. Escuchar sus chismes escolares, pensamientos, preocupaciones u observaciones son una excelente forma de conectar con ellos después de una jornada.

-Un poco de colaboración. Si todos ayudan un poco, el final del día se vuelve mucho más tranquilo. Cada integrante de la familia puede colaborar con alguna actividad. ¡Todo ayuda!

Los niños pueden dejar sus cosas de la escuela ordenadas, sus chaquetas y ropa de abrigo colgadas, y guardar los juguetes después de usarlos. Y, cuando se bañan, pueden dejar su ropa sucia en el lugar destinado para ese fin y colgar sus toallas después de usarlas para que se sequen. Todo esto dejará el baño ordenado.

-Poner la mesa y lavar los platos: puede haber un encargado de poner la mesa y otro de lavar los platos. Estas tareas pueden rotar por distintos miembros de la familia según el día. O los niños pueden hacer esto en equipo.

Si a alguno de tus hijos le gusta la cocina, pídele que te ayude a preparar la cena. Un ayudante a esta hora del día siempre es bienvenido y es muy gratificante ver cómo nuestros pequeños aprenden cosas nuevas y se desempeñan con seguridad en la cocina.

-Éxito prefabricado: ten el menú semanal preparado con antelación. Haz la lista de las compras sobre la base del menú y, si tienes tiempo durante el fin de semana, destina un par de horas a preparar algunos platos para la semana (salsas para pastas, sopas o relleno para tartas o empanadas), que puedes guardar en el refrigerador o en el freezer. Si preparas recetas dobles, puedes congelarlas por separado para tener cenas ya listas y ahorrarte trabajo los días que vienen especialmente cargados.

-¡Música! El dicho asegura que la música amansa a las fieras. Pon música de fondo y la tarde fluirá con mayor armonía. ¡Es probable que incluso se armen bailes espontáneos!

-Compartir la mesa familiar: Después de tantas actividades, cenar todos juntos es una buena forma de cerrar el día. Podrán compartir los sucesos de la jornada, charlar de los temas que les interesen a los integrantes de la familia, hacer planes para el fin de semana y distenderse juntos.

-A la hora de irse a la cama: Un rato de lectura nos predispone bien para el sueño. Los niños mayores pueden leer por su cuenta mientras tú o tu pareja les leen a los más chicos. ¡Nada como un buen cuento para acurrucarte junto a ellos antes de dormir!

¡Espero te sirvan estos consejos! Nos encantaria saber alguna técnica que tu aplicas a esta hora.