Cada vez que se acerca el día de la madre me pongo nostálgica, en realidad es una mezcla de emociones ya que estoy infinitamente agradecida de tener a la mejor mamá del mundo, pero hay veces que me siento triste por no poder compartir el día a día juntas ya que vivimos lejos.

A mis 17 años tomé la decisión de venir a estudiar a los Estados Unidos, sin saber que sería el país donde viviría por muchos años y menos que se convertiría en el país de mis hijas. En ese momento veía todas oportunidades de estudio, trabajo, relacionamiento con otras personas y primordialmente que era la mejor opción para poder continuar jugando tenis incluso a un mejor nivel.

Lo que si no pensé en ese momento fue ¿qué cultura tendrían mis hijas? ¿cuáles serían sus tradiciones, música, creencias, festejos? pero todas estas fueron posteriormente las  preguntas que me hice al enterarme que sería Mamá. Sin duda alguna decidí que a pesar de estar lejos de Venezuela y Perú enseñaría y reforzaría la cultura hispana en mis hijas en su día a día, convirtiéndose en el centro de nuestros valores. Quiero que mis hijas se sientan orgullosas de ser hispanas y con alegría quieran decir en voz alta: «AMO BAILAR SALSA Y MERENGUE, SER CALIDA, AMIGABLE, TOCAR LOS TAMBORES, CELEBRAR DIA DE REYES, HABLAR ESPAÑOL» y sobretodo que lleven muy marcados los valores familiares, que con orgullo digan «ME ENCANTA ESTAR CON MI FAMILIA», y que cuando se refirieran a familia, se refieran a toda la familia (todos los primos, tíos, abuelos, padrinos)….. ¡Así somos los latinos!

Sin duda alguna, ese dicho que dice: «Aprecias más a tu madre el día en que te conviertes en una» ahora me parece ¡tan cierto! El convertirme en mamá ha refrescado mi memoria y me ha traído recuerdos de momentos especiales de mi infancia gracias a mi Mamá. Son recuerdos que me hacen querer ser con mis hijos, ¡la madre que mi mamá fue conmigo! Entre los momentos que más añoro y con orgullo digo que estoy replicando en mis hijos son:

-Reunirnos en familia los domingos para ir a misa y almorzar todos juntos. Compartir todos es uno de los mejores momentos de la semana.

-Escuchar a mi hermano José tocar el cuatro y cantar canciones típicas de Venezuela mientras yo bailaba al ritmo de su música ¡no parábamos de disfrutar y reírnos! Recuerdo que me ponía mi falda colorida de «joropo» que llevaba en un bolsillo ¡a TODAS PARTES! y hacíamos el show a toda la familia. Mis hijas ahora son igualitas, no hay quien se salve de sus shows.

-Ver como mi hermano Ernesto disfrutaba montarse en el árbol de mango y quedarse ahí por horas comiendo mango verde con sal mientras correteaba lagartijas, ardillas y todos los animales que existían, él para mí era como Mowgli, el niño cachorro humano del cuento  «El Libro de la Selva»

-Sentarme con mis abuelitas en el patio junto a mis primos y escuchar sus anécdotas que tanto nos gustaba a toda la familia. Mi abuela paterna era muy espiritual y nos contaba historias que nos dejaban con la boca abierta, mientras que mi abuela materna nos hacía (y sigue haciendo) reír con sus ocurrencias mientras nos invitaba mermelada de guayaba que ella misma hacia…y sigue haciendo ¡a sus 90 años!

-Sentarme en la cocina y escuchar a mis tías y a mi abuela riéndose y compartiendo buenas historias mientras cocinaban el «aguaito de pollo» o hacían el «pionono» mientras mi abuelo y tíos sentados en el patio hablaban de agricultura, de la finca y los miles de planes negocios que harían.

-Escuchar con mi Mamá los últimos hits de salsa o merengue (Jerry Rivera o Juan Luis Guerra) en el carro camino a mis entrenamientos de tenis.

-Sentarme con mi Mamá en la lavandería que tenía ese olor único y especial de Suavitel que me hacía feliz, luego ir a la cama y tener mi cobija cubierta de ese delicioso olor de Suavitel. Hoy lo sigo usando y a mis hijas les encanta ya que es «el olor a mamá»

Me parece muy enriquecedor que mis hijas crezcan en una cultura hispana y me siento especialmente bendecida de que sea una mezcla Venezolana, Peruana y ahora también Mexicana por mi esposo.

Hoy mas que nunca quiero agradecerle a mi Mamá por enriquecer mi vida con dos culturas y por hacerme vivir momentos tan especiales e inolvidables durante mi niñez. TE AMO MAMI!!!