Todas tenemos nuestros días: hay algunos en los que nos sentimos iluminadas, a tono con el mundo, imparables. Y otros en los que cualquier cuestionamiento nos hace sentir inseguras, o en los que imponernos nos cuesta un poco más. ¿Cómo logramos sentirnos como en los mejores días todo el tiempo?

Aquí te dejamos algunos consejos para que te valores aun más, te respetes e impongas respeto, seas más determinada en tus decisiones y creas más en el ser excepcional que eres.

Conócete: no somos todas iguales ni somos iguales a los “ideales” de mujer impuestos (física, mental y emocionalmente) y replicados por los medios de comunicación. Dedica tiempo todos los días a ponerte a tono con quién eres tú realmente. Cuáles son tus gustos. Qué te hace sentir bien, y qué te tira para abajo. Cuáles son tus sueños y tus objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Pasa tiempo contigo misma: ¿alguna vez te sentaste en un café a almorzar sola disfrutando como si estuvieras en la cita de tus sueños? Haz la prueba: dedícate un rato a estar activamente contigo misma, disfrutando de esta “no-soledad” y descubre lo interesante que es tu compañía.

Conoce tus deseos: ¿cuáles son tus deseos más profundos? Esos que serían como el objetivo de tu vida, los que añoras sin importar nada más. No siempre es fácil tenerlos en claro, principalmente porque se ven opacados por deseos muy reales pero más de corto plazo como “deseo poder cambiar de trabajo” o “deseo ser más saludable”. Haz una lista de los deseos de tu alma: tenerlos presentes te ayudará a estar a tono con la persona que eres.

Acéptate: no, no eres perfecta. Nadie lo es. Nuestras imperfecciones están ahí para que las aceptemos y trabajemos, para volvernos mejores personas. Así que acéptate tal cual eres. Perdónate aquellas cosas con las que no estás conforme, trata de superarte y de ser la mejor versión de ti misma. Pero en paz: aceptando quien eres.

Escucha tus instintos: ¿alguna vez pensaste “yo sabía que eso iba a pasar”? Seguramente más de una vez, ¿cierto? Y no es algo casual, sino que somos seres profundamente instintivas, pero muchas veces no les damos a nuestras corazonadas la importancia que se merecen. Préstale un poco más de atención a lo que intuyes y, la próxima vez, dale una oportunidad.

Descubre cuán valiosa eres: todos venimos a esta vida con un fin y eso nos hace ser sumamente valiosos. Todos somos únicos e irrepetibles, y nadie más que uno mismo puede cumplir su propósito en la vida. Y, además de ese fin último, eres valiosa para tus amigos, para tu familia, en tu trabajo y en todas las otras esferas de tu vida. ¡Créelo, porque es cierto!

Respétate: respeta al ser que eres, y así lograrás que el resto de las personas te respete. Poner límites sanos es una muy buena forma de comenzar. Un ejemplo muy claro sale del mundo laboral: este ámbito de nuestras vidas requiere que pongamos límites de hasta dónde llega nuestro trabajo y dónde empieza nuestra vida privada. ¿Estoy bien con la idea de siempre llevarme trabajo a casa, incluso cuando soy muy competitiva durante mis horas de oficina? ¿Me molesta que mi jefe me llame constantemente después de mi horario laboral? Piensa cuáles son tus límites y comienza a ejercitarlos. Puede que te cueste un poquito al principio, pero verás cómo con el tiempo no sólo te acostumbras tú, sino que los demás te siguen.

Te dejamos siete frases de para que repitas cada día de la semana y te sientas confiada en ti misma.