La lactancia es una etapa en la que las hormonas están revueltas, la conexión con nuestro bebé es muy fuerte y no queremos hacer mas que quedarnos viéndolos dormir, moverse o esperar por esa primera sonrisa verdadera (después de las miles otras que jurábamos que no eran reflejos, sino que nos sonreían con sentimiento)
El pensar en volver al de oficina a lidiar con problemas de trabajo y dejar a nuestros hijos muchas horas puede volvernos locas, todo se nos junta y nos puede ocasionar tristeza y ansiedad. Este sentimiento es muy normal, no solo tenemos que desprendernos por varias horas de ellos sino que no queremos que el trabajo interfiera en la producción de leche ya que queremos seguir dándole este alimento tan preciado el mayor tiempo posible.
Todo esto nos puede sonar muy complicado pero nos daremos cuenta que somos capaces de manejar estas nuevas situaciones y que no son tan graves como pensamos, cada día será más fácil. La clave es hacer la transición poco a poco y planearnos de la mejor manera posible.
Aquí algunos consejos y anécdotas que quisiera compartir y que sin duda te ayudaran mucho:
1 – Periodo de adaptación en la oficina: Averigua si la empresa donde trabajas da beneficio de lactancia. Muchas empresas dan el primer mes como periodo de adaptación, donde las mamás trabajan medio día desde casa y van solo 4 horas a la oficina. Si tu empleo no tiene este beneficio , habla con tu jefe y trata de negociar este proceso de incorporación. Una solución puede ser empezar una semana antes y que puedas entonces estar 2 semanas a medio tiempo, esto equivale a las mismas horas de trabajo pero te ayudara a ir adaptándote a ti y a tu bebé tanto física como emocionalmente.
2 – Regresa al trabajo a media semana: Re – incorporare un miércoles o jueves, de esta manera no se te hará tan larga y pesada la semana y te ayudara al proceso de adaptación
3 – Área de lactancia en la oficina: Si no tienes oficina propia que puedas cerrar sin visibilidad de los demás, busca un área o cuarto privado donde puedas sacarte leche. Todas las empresas deben tener esta área, si no la tienen, habla con Recursos Humanos para que te acomoden un cuarto que puedas cerrar, no haya trafico ni personas entrando o saliendo. En mi caso adapte una esquina del cuarto de correo y utensilios ya que nadie tenia acceso excepto una persona – colocaba un letrero fuera que decía “no molestar” para que ni me tocaran la puerta. Aquí estaba tranquila e incluso llevaba mi computadora o ipad para seguir trabajando. Esto gracias a que tenia el pump eléctrico manos libres (es caro pero una buena inversión, sobretodo si tendrás otro hijo). Si no tienes este, igual puedes leer tus mails, ver vídeos, leer noticias, mientras tus manos están ocupadas.
4 – Prepara todo la noche anterior: Asegúrate de dejar tu lonchera con el pump eléctrico, los teteros y cornetas necesarias para todo el día.
5 – Si estarás en reuniones fuera de la oficina, lleva tu pump manual. No quieres estar en apuros, con dolor o en momentos incomodos (que se te moje la blusa) en medio de una reunión importante con clientes o tu jefe.
6 – Lleva suficientes protectores de pecho y blusas gruesas y de materiales que no revelen estar mojadas. Evita las sedas de colores solidos, algodones ligeros y claros, te recomiendo usar blusas gruesas y si es posible estampadas para que disimule si esta mojada. Existen los protectores desechables o los reusables que lavas y vuelves a usar. A mi particularmente me gustaron mas los desechables – sobretodo los marca Medela
Acuérdate que es un proceso y te va a costar al comienzo, te harás muchas preguntas, que si vale la pena este esfuerzo (¡si lo es!) que si es el trabajo para ti, que si quieres dejar el trabajo…. Todo estas preguntas y dudas son normales, no te precipites a tomar una decisión. Date el tiempo, este es un momento de transición que pasará y lo mas probable es que lograras adaptarte.