Comer en Familia es una práctica común sobre todo en la cultura latina, sin embargo este hábito pienso que está cambiando. Razones pueden haber muchas, sin embargo el factor tiempo desde mi punto de vista, es la razón por la cuál esta practica cada vez se realiza con menor frecuencia.
El ritmo acelerado, las clases extra escolares, los horarios y distancias entre el trabajo y la casa, hacen que esta oportunidad que tenemos de convivir cada vez sea menor. Es un hecho que todas estas cosas no podemos cambiar, pero lo que si podemos, es evitar que esta buena costumbre se pierda en muchas familias; por eso que quiero compartirte la razones por las que es importante que dediquemos al menos un día a la semana para compartir la mesa.
Permite sentirnos integrados, principalmente a los pequeños ya que es un tiempo para escucharnos (al menos, durante un ratito) y compartir anécdotas. Es un momento óptimo para que los niños platiquen sobre sus experiencias en el colegio, sus temores y manifestar sus sentimientos.
Aprender modales y copiar correctos roles de comportamiento: si tus hijos están apuntados al comedor del cole, lo más probable es que la mayor parte de actitudes en la mesa provengan de compañeros de juegos y amigos. Aprovecha este espacio corregir modos y formas, e inculcarles hábitos y patrones correctos de alimentación
Da ejemplo, la educación nutricional se aprende en casa, los niños copian todo lo que ven, así que este es el momento para que todos coman los mimos platillos y de una forma variada, e intentes que prueben nuevos alimentos.
Nos ayuda a involucrarlos, ya sea que nos ayuden hacer las compras, a poner la mesa, o a preparar algo de la comida. A los niños les gusta jugar a ser mayores así que este es un buen momento para que nos ayuden a tomar ese rol.
Recuerda que es durante la infancia cuando se adquieren la mayor parte de patrones de conducta, que se desarrollan más tarde durante la vida adulta.