¿Eres de las que dicen que sí a todo y a todos? ¿La amiga a la que siempre, siempre podemos llamar para contarle nuestros sueños y pesares, aunque sean las tres de la mañana? ¿La empleada modelo dispuesta a dar un 120% aunque eso suponga dejar sus fines de semana y sus planes de lado… mes tras mes? ¿La madre que colabora con la escuela de sus hijos como voluntaria aunque esté enferma o sienta que no le alcanza el tiempo? Si eres de estas mujeres, es hora de aprender a decir NO.

Y no se trata de volverte egoísta, sino de aprender cuánto valen tú y tu trabajo, y también aprender a direccionar tu energía y tus intenciones hacia donde realmente deben estar. Y no temas la gente no se enojará contigo ni dejará de llamarte cuando te necesite, sino que sentirá lo valiosa que eres.

Antes de decir “sí”, deberíamos preguntarnos:

-¿Puedo hacerlo? ¿tengo tiempo? ¿no estaré dejando de lado otras responsabilidades más urgentes o necesarias?

-¿Quiero hacerlo? ¿es algo que me deja algo a cambio, algo que me interesa? ¿o me voy a cansar demasiado o voy a sentirme resentida por aceptar algo que no quiero?

-¿Es justo dedicarle tiempo y energía al asunto?

Si la columna de los “contras” es más larga que la de los “pros”, di que no.

Porque cuando dices NO,

-Te cuidas: guardas tu tiempo y tu energía. No te expones a hacer algo que no es lo que quieres o debes hacer en ese momento.

-Cuidas a tu familia: no sacas en foco de lo que pasa en tu casa o con tu familia.

-Cuidas tus relaciones: porque evitas las fricciones que surgen al hacer algo que no quieres hacer, que no puedes hacer o que no te parece justo. Por más estoica que seas, si sientes aunque sea un mínimo resentimiento, tarde o temprano saldrá a la luz.

-Cuidas tu trabajo porque guardas tu energía para hacerlo mejor: si continúas trabajando después del horario laboral y durante los fines de semana, no estás siendo responsable porque no te estás permitiendo el necesario descanso.

-Descansas sanamente: puedes quedarte tranquila y disfrutar del haber dicho NO; no quedan asuntos pendientes porque fuiste clara en tus intenciones.

-Te respetas y logras que otros te respeten más: si te haces valer, los otros te respetarán. Y si tú no te respetas a ti misma nadie lo hará.

-Te evitas los problemas que te genera hacer cosas que no quieres hacer o que están por encima de tus capacidades.

-Te habilitas para hacer más plenamente todas esas cosas que sí puedes, quieres y necesitas hacer.

La próxima vez que alguien te pida que te salgas de tu camino para hacer algo por ellos, piénsalo unos momentos antes de decir que sí. Si quieres decir NO, haz la prueba. Verás que no solamente no pasa nada malo, sino que se te abre un mundo de posibilidades.