Las vacaciones nos traen días de relax con reglas laxas y sin despertador. Según vivamos en la ciudad o cerca de la naturaleza, tendremos diferentes ofertas de actividades, pero en todos los casos serán distintas de la rutina que reina durante el año escolar. El calor y el sol nos invitan a disfrutar del aire libre. ¿Pero qué pasa cuando nos toca un día (o varios) de lluvia?
Dejar que nuestros hijos “se aburran” puede ser un buen método para ayudarlos a explorar la imaginación. Pero es probable que después de un rato los niños necesiten un poco de ayuda para inventar qué hacer.
Aquí te dejamos algunas ideas para que el día dentro de casa se sienta como una fiesta.
Collares de pasta: un favorito de todos los tiempos para niños pequeños. Puedes usar macarrones, coditos o cualquier tipo de pasta que tenga forma de túnel. Para hacer la actividad más interesante, comiencen pintando los fideos con colorante para comidas o con pinturas de colores. Cuando se sequen, es hora de enhebrar y de crear joyas de diseño… casero.
Afinando la puntería: pon en el suelo o sobre una mesa varios contenedores. Combina recipientes de alturas y bocas de tamaño variable (un contenedor plástico pequeño, un cartón de leche sin su parte superior, una lata de conservas, etcétera). Dales a tus niños pelotas (las de ping-pong resultan especialmente prácticas porque al ser livianas no tumban los contenedores) y diles que intenten embocarlas en los recipientes.
Pintar con sorbete: para esta actividad necesitas pintura líquida, sorbetes y papel. Vuelca un poco de pintura sobre el papel y diles a tus niños que la soplen con el sorbete. ¡Se divertirán creando diseños bien coloridos!
Collage culinario: pon ingredientes de tu cocina (como pasta, azúcar, confites, té, café, frijoles, arroz) en distintos recipientes, busca papel de colores y pegamento. ¡Deja que tus niños hagan el resto!
Construye una ciudad: para esta actividad, junta cajas de cartón pequeñas (como cajas de medicamentos). Pégalas sobre un cartón grande y creen una ciudad con tus niños. Pueden forrarlas con papel, pintarlas, incluso poner carritos de juguete en sus calles.
Bailar y marchar en burbujas: Compra un rollo grande de papel de burbujas (para envolver cosas frágiles) despliega un trozo grande simulando un escenario y que descarguen energías marchando, corriendo y bailando encima de este, sentirán una sensación diferentes al explotar las burbujas además que les encantará (a ellos) el ruido que generan, mientras tanto, puedes usar audífonos o unirte a la locura y bailar con ellos.
Para memoriosos: reúne varios objetos (juguetes, llaves, adornos pequeños) en una caja. Haz a tus niños mirarlos y memorizarlos. Luego cubre la caja… a ver quién recuerda más. Otra opción, para niños mayores: cuando han memorizado los objetos, hazlos salir de la habitación por turnos y quita un elemento de la caja. El que salió debe ver lo que hay en la caja y descubrir qué es lo que falta.
A hacer las compras: armen una tienda con cosas de la despensa de casa (o juguetes). Los niños pueden pasarse horas jugando al supermercado o a la juguetería. Pueden usar dinero de juguete o crear el suyo.
Planea un picnic adentro: nada como un picnic para celebrar el buen tiempo. Cuando no se puede salir, ¡aprovecha la lluvia para hacer uno en la sala! Cubre el piso con un mantel y prepara los snacks favoritos de tus niños. ¡Seguro que de este no se olvidarán!
¿Alguna otra idea que nos quieras compartir?